Lima acaba de nombrar a su nueva gobernante, la primera mujer alcalde que en estos cerca de 500 años ha tenido la más gloriosa e importante de las ciudades americanas. Susana Villarán se impuso en las elecciones de octubre a una gordita que nunca se ha casado y a la que no se le conoce pareja masculina en sus 50 años de vida (oooooooooh... ¿por qué será?). La gordita representaba para mí el continuismo de una gestión repulsiva, vergonzosa y hasta desesperante que encabezaba un forrastero chiclayano que a punta de su chusquería proviciana y prepotencia destruyó sistemáticamente el patrimonio cultural limeño.
Esta es una entrada que editaré frecuentemente.
Esta es una entrada que editaré frecuentemente.